Gracias

Montaje: Micro

Ya hace mucho tiempo que quería escribir sobre algo que me pasó, sé que lo más seguro es que nunca le llegue a la persona a la que va dirigido pero quiero hacerlo. En octubre del año pasado fui a Madrid a pasar unos días, debían ser las dos del mediodía cuando bajando por la calle Fuencarral me dirigía a coger el metro de Gran Vía, iba con mi maleta y una mochila a la espalda, bajando las escaleras un tipo me abrió el bolsillo de la mochila y sacó mi cartera, en la cual aparte de mi billete de vuelta, llevaba la documentación y todo el dinero que tenía para esos días, no me hubiera dado cuenta si no fuera porque un chico de unos 25-30 años salió de la nada, corrió detrás del ladrón, le plantó cara y se la quitó de la mano, yo seguía sin enterarme de que todo eso iba conmigo, hasta que miré la cartera y me di cuenta, el chico me la dio diciéndome "estoy harto de Madrid" y desapareció dejándome ahí, balbuceando un "gracias" medio atontada por el susto y la sorpresa... Bien, pues gracias a él, yo no estoy harta de Madrid, desde entonces a todo el que le apetece escucharla, cuento la historia de mi "héroe anónimo", uno que no llevaba un traje especial pero que tenía un poder muy escaso en estos días, el de ayudar y correr riesgos por una desconocida. Seas quien seas, gracias.

Comodidad

Puede parecer más que evidente que no viajamos juntos aunque vayamos al mismo lugar, pero sumergiéndome más en esta supuesta "rotunda verdad" comprendí que el placer tiene muchos significados, cada persona tiene su baremo y sus prioridades, si intentamos que sea idéntico al nuestro, fracasamos.

Si nos basamos en que la falta de dolor es el placer, como decía el bueno de Epicuro, más de uno y una se echaría a reir, si nos inclinamos hacia la teoría de que el placer es el viaje de la incomodidad a la comodidad entonces será más fácil comprender que algunas personas tardamos mucho más en hacer el viaje y cuando vemos que el objeto de nuestro deseo ya lo ha dado por concluido y ha encontrado la comodidad, tendemos a desesperarnos, en vez de alegrarnos de la suerte que tenemos por mantener todavía la sensación de estar viajando. Lo más generoso por nuestra parte sería compartir esa sensación con quien, sin haberlo decidido de antemano, ya se ha sentado a esperarnos.

ELLA

¿Quién puede convertir la promesa de un buen día en un artículo más de esos que leemos en la sección de "Sucesos" y nos dejan con la boca abierta? ELLA. Ella tiene muchas caras, pero por dentro es la misma persona. La que teniendo una puerta de cinco metros de ancha para entrar en el colegio, agarra a sus cuatro niños, te aplasta contra las bisagras y te mira por encima del hombro, medio girada, colocando la oreja bien orientada por si se te ocurre protestar. La que vive en paralelo a las colas que todos hacemos y observa nuestros rostros buscando un atisbo de debilidad para ponerse delante y que no le digan nada, ella estaba antes. La que te habla a menos de un palmo de la nariz, gesticulando como posesa con su copa balanceándose frente a ti, moviendo la boca sin parar, sin decir nada. La que siempre dice "no te importa, ¿verdad?" sin darte tiempo a contestar. La que llama a tu puerta sin avisar. La que no avisa de que va a llegar. La que consigue que un buen día decidas que no es tan malo matar.

Mía

¿Dónde crees que vas? Si no vas a estar en ninguna parte mejor que aquí, lo sabes y no quieres darme la razón, es muy simple, di "sí" y no tendremos problemas... a menos que quieras tenerlos... Deja que te mire bien... sí, ahora comprendo, los quieres aunque te cuesta reconocerlo, ¿verdad?

No apartes la mirada, no cierres los ojos, quiero que te veas como nunca te has visto, quiero que te des cuenta de como eres en realidad... ¿Te duele?... Sólo es al principio, aprenderás a mirarte más allá de tus ojos, podrás ver tu interior, pelearás por volver al punto de partida, desearás tener el control de nuevo, pero cuando llegues al fondo, te rendirás y cuando lo hagas, me tendrás a mí. ¿No es eso lo que quieres?... Entonces... ¿Dónde crees que vas?... Quieta, sólo es al principio...

Alas

Me han salido alas, me elevo con rumbo fijo y sin destino marcado, respiro hondo, intuyo, no quiero saber más de lo que ya sé. Abro los ojos y estoy sobre las nubes, los cierro y vuelo, llego a tierra, y sigo a dos metros del suelo. Quiero seguir volando, aunque no sea en el cielo.

Cerca

(Fotografía: Kendall)

A ti...

Me gusta tenerte cerca, no es sencillo, pero es muy fácil estar a tu lado. No me falta el aire ni necesito más espacio que el que marcamos nosotros, acortamos las distancias con una mirada y dejamos que el tiempo se nos coma entre risas. No me reflejo en ti porque tengo mi propio espejo, pero me gusta ver que estás ahí cuando me miro, sonriendo... Cerca.

La soledad

La soledad
(Fotografía: Kendall)

El principio

El principio de este encuentro se trazó en un mar, no el mar que conocemos los que tenemos la suerte de vivir cerca de él, ni el que sale en las postales, un mar por el que navegamos, en ocasiones, sin darnos cuenta. No iba a la deriva ni encontró una tabla a la que agarrarse, nadaba tranquilamente por un mar demasiado en calma, comenzó una suave brisa, el agua fue formando pequeñas olas y se dejó mecer por ellas, hasta que estalló la tormenta y fue tarde para buscar refugio, sólo podía seguir nadando...